El relato del galeno Marco Bonifaz, sobre su vivencia durante la pandemia y con el propio virus.

El enfrentar una pandemia nunca estuvo planificada en mi vida, el vivir un desastre biológico nunca se me pasó por la cabeza. Primero fue una paciente, después fueron miles, y en mi pensamiento solo existía una frase “solo aquel que conoce el dolor humano puede curar las heridas del cuerpo y del alma”. Días enteros salvando vidas o entregando un soporte vital para vencer un virus nuevo que aún no conocíamos cómo tratarlo.
Días enteros sin lograr tener un descanso adecuado ¿cuántas horas debemos dormir? En pandemia se descansa lo que se puede, quizás dos, tres o si hay algo de suerte cuatro, o quizás solo estirar nuestras piernas y descansar un momento de todo un día de trajín. Ayudar en lo que se puede, incluso en llevar y traer insumos, en dar medicación, alimentar a los pacientes, y es que en esos duros momentos sabíamos que teníamos que juntar los hombros y poder soportar este gran peso.
Por favor sálvenlo, es mi hijo, es mi esposo, es mi padre, fueron parte de las tantas exclamaciones que escuché mientras caminaba por las instalaciones del Hospital, que se convertiría en mi segundo hogar, que se convirtió en la razón del por qué estudié medicina y que se resume en tan solo unas palabras: ayudar al prójimo.
Mas de 100 días y de pronto me enteré lo que mas me temía: un PCR positivo, el virus se encuentra en mi cuerpo. Un temblor corrió por todo mi ser. A Dios gracias no hay síntomas severos, solo un cansancio ligero y una pequeña dificultad respiratoria. Múltiples pensamientos recorren mi mente, ¿sobreviviré, voy a complicarme, moriré? Pero la satisfacción de ayudar y de querer seguir ayudando, con la fe en Dios, me da la fortaleza para continuar. No puedo negarlo, esta pandemia me hizo más humano al ponerme en el lugar de todos ellos que ya no están y de aquellos que se quedaron incompletos.
No nos descuidemos, no nos confiemos, sigamos luchando para vencer a este virus, la protección y prevención es nuestra mejor arma.
Marco Bonifaz es médico y tiene maestrías en Dirección y gestión sanitaria, Salud pública internacional, además en Riesgos y salud ocupacional.